Prologo escrito por Sixto Porras, Director Regional
Enfoque a la Familia
Recorrer las páginas de este libro cautivó mi corazón, y sé que lo hará contigo también, porque es tu historia y la mía... ¡Nos adoptaron por amor! El Padre nos amó y esto es sublime.
Este libro no es solo para los padres que adoptaron un niño o para los que desean adoptar. Es un libro para todos los cristianos del mundo, porque si la Iglesia no adopta a los huérfanos, ¿quién lo hará?
En mi caso, pensaba que conocía el amor a partir de mi paternidad con Daniel y Esteban, mis hijos, pero me di cuenta que nadie lo puede vivir mejor que un padre adoptivo.
Mi recomendación es que leas este libro como quien lo hace con una novela. Disfruta las historias y permite que Dios se revele a tu vida al recorrer sus páginas. Es un libro que te cautivará, porque Rebeca tiene la virtud de escribirlo con tal claridad que casi puedes sentir los aromas, ver las calles y estar allí con ellos.
En este libro verás a Dios hablar en los momentos más difíciles: Cuando las fuerzas se agotan, cuando la burocracia impide la adopción por un simple trámite, cuando las preguntas se agolpan y no hay respuesta. A pesar de todo, también es ver cómo Dios abre puertas. Es un libro que te ayudará a crecer en tu confianza en Dios.
Como dijera Rebeca: «Mi hija se llama Julia “Amada” porque yo decidí amarla. Ella es la persona sobre la que se derrama mi corazón y mi ser». Rebeca nos muestra que amar sigue siendo una decisión. También expresa: «Si has pasado por la infertilidad, este libro te ayudará a sanar las heridas que esta enfermedad puede causar en el corazón del hombre y la mujer. Y si algún día Dios te habló de la adopción, con este libro te ahorrarás muchos engaños de personas que no saben lo que hablan. Aquí se aclaran mitos, mientras que a la vez te da los pasos prácticos de una adopción». Sin duda, ¡este es un libro interesante y cautivador!
Este libro te ayudará a transformar el dolor en esperanza, tal y como lo narra Rebeca: «Nunca me imaginé que en medio de mi gran dolor experimentaría la mayor felicidad [...] El mayor dolor lo experimenté en el desierto que me trajo la infertilidad. El mayor gozo vino a través del camino a la adopción de mis hijos. La infertilidad me machucaba los dedos con dolor al cerrar la puerta a mi futuro esperado, pero de alguna manera abrió mis ojos para poder ver el camino que nunca había considerado. En el camino de la adopción se abrieron muchas puertas a un nuevo mundo: El mundo del huérfano».
El milagro de la adopción será una aventura que te permitirá descubrir que en su historia ningún detalle sobra y que está a punto de escribirse la mejor de las historias cuando le permitamos a Dios que hable a nuestros corazones.
¡Estoy seguro que disfrutarás el viaje junto a Rebeca y su familia!
Sixto Porras
Director Regional
Enfoque a la Familia
